Operación triunfo llega a Madrid con su concierto en gira por toda España después del éxito televisivo, desde People Fm quisimos saber que se siente desde dentro y Aaron Piqueres se fue para allá y nos lo cuenta así. Atentos.
Las pantallas se encienden y la sintonía del programa empieza a sonar. Empieza el concierto. Empieza el show. Y mis emociones se disparan junto con los gritos del resto de asistentes. Los vellos se me ponen de punta. El magnífico cuerpo de baile sale en escena y cuando ya tenemos el corazón con las pulsaciones revolucionadas aparecen ellos: los 16 concursantes de Operación Triunfo 2017.
“I’m still standing” es la canción elegida para abrir el concierto. Lo han conseguido, nos han puesto a todos a saltar y gritar como hace 16 años consiguieron levantarnos los primeros concursantes de este formato musical.
Las canciones fueron sucediendo con un ritmo ágil, los concursantes iban entrando y saliendo sin apenas una pequeña presentación (en algunos casos) lo que al final era de agradecer, ya que hacía que ésta no se convirtiera como en una gala más del concurso rellenos innecesarios.
Durante el concierto cada concursante tuvo al menos su canción en solitario y pudimos disfrutar desde canciones que nos hicieron saltar cómo “Let me entertain you” de Ricky Merino o “What about us” con Miriam y los rugidos de todos nosotros cuando salió al escenario hasta canciones que nos volvieron a emocionar cómo fue Aitana con “Chandelier” o la perfecta Nerea y su interpretación de “Quédate conmigo”.
Un concierto en el que el pequeño Gabriel fue homenajeado con unas palabras de la emocionada Miriam en la presentación del tema “Camina”, himno de la edición. Además Raoul llevaba en su cazadora un pez en su memoria. Este último además participó en uno de los momentos más expectantes de la noche cuando tras finalizar de cantar “Manos vacías” junto con Agoney, los dos se fundieron un beso sin antes manifestar “Por el amor, la libertad y la visibilidad”. Mensaje además que también se vio con Marina que salió a cantar “The voice within” con las bandera del arcoíris que representa al colectivo LGTBI.
En el concierto no pudo faltar el tema que marcó un antes y un después en el programa, “City of lights” volvía a sonar con voz y música en directo de la mano de Alfred y Amaia, los cuales también cantaron la canción que nos representará en el festival de Eurovisión, un momento muy especial para los que somos seguidores del festival.
Y los dúos que tampoco fallaron fueron los del ya mítica “No puedo vivir sin ti” con Cepeda y Aitana que volvieron locos a todos los asistentes, unos entregadísimos Mireya y Ricky con “Madre tierra” que nos pusieron a todos a bailar, la sensualidad de las ya proclamadas divas Mimi y Ana Guerra con “Don’t you worry abut the thing” y, como no, la canción más esperada (por lo menos para mí), “Lo malo” nunca se me había hecho tan corta cómo aquella noche.
Uno de los momentos más emotivo para mí llegó con otra canción que estuvo a punto de representarnos en Eurovisión, “Que nos sigan las luces” sonaba en un Palacio de Vistalegre iluminada con las linternas de los móviles. Es difícil hacer un super-resumen de la noche porque todas y cada una de las actuaciones tuvo algo especial. Porque, si estuviste ahí ¿cómo gritó el público con Ana Guerra cantó “La Bikina”? ¿Cómo enmudeció el público con Amaia al piano cantando “Miedo”? ¿Y cómo flipamos con Agoney y su perfecta ejecución de “Eloise”?
En resumen, 37 canciones y más de dos horas de música ininterrumpida que para los que hemos seguido la trayectoria de estos chicos fue algo mágico dónde disfrutamos, saltamos, gritamos e incluso nos emocionamos. Y cómo en cada concierto de música y voz en directo de cualquier cantante, algunas voces no estaban del todo afinadas y no todo salió perfecto, pero señores ¿acaso existe la ‘ferpección’? Y si, las entradas puede que fuesen un poco careras pero sarna con gusto no pica y sólo me queda dar la enhorabuena a todos: los concursantes, bailarines, músicas, equipo técnico y todas las personas que hicieron posible todo aquello
Escrito por: Aaron Piqueres Torres